Adosada a la casa estaba la antigua cabaña, ahora reformada. En la fachada se observan varias fases de construcción en el edificio. Destaca una ventana de arcos trilobulados de estilo gótico de sillares de travertino.
La fachada posterior tiene un horno y varias aberturas. Cabe destacar otra ventana con impostas curvadas y dintel, así como una puerta de arco escarzano. El horno de pan conserva la antigua boca de sillares de piedra. En el interior de la masía se conservan parte de los antiguos establos y de la cocina.
La masía pertenecía a la familia de Can Frigola. En los años 70 fue vendida y posteriormente restaurada en los años 80. En esta restauración se derribaron parte de las edificaciones anexas a la casa, y otros se anexionaron hasta que se obtuvo la estructura actual. También se restauraron todos los interiores, tejados, forjados y pavimentos. En 1999 la finca fue adquirida con la intención de convertirla en masía de turismo rural y se restauraron los interiores con el objetivo de adaptarla a este nuevo uso.